Breve historia de Fidel Castro by Juan Carlos Rivera Quintana

autor:Juan Carlos Rivera Quintana [Rivera Quintana, Juan Carlos]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2009-10-01T04:00:00+00:00

TRAVESÍA Y DESEMBARCO (25 DE NOVIEMBRE-2 DE DICIEMBRE DE 1956)

En medio de la lluvia, a la 1:30 horas de la madrugada, salió el yate Granma proa a la isla, por órdenes de Fidel, concluyendo la etapa preparatoria en México y dando inicio a la gran aventura revolucionaria que culminaría el 1 de enero de 1959. Navegan con las luces apagadas, amontonados unos encima de los otros, por el río Tuxpan, hasta salir al Golfo, donde comienzan los vientos fuertes, a batir las olas y se originan bandazos en la embarcación que provocan mareos y vómitos en muchos combatientes. En la mañana del 29 divisan dos naves sospechosas y el futuro Comandante, ordena prepararse para el combate, pero era una falsa alarma: los dos buques pesqueros siguen indiferentes su ruta.

Durante la tarde del 30 de noviembre, escuchan por la radio del yate que se había iniciado el levantamiento en Santiago de Cuba, pues esa era la fecha en que se esperaba el desembarco. Fallaba uno de los soportes principales del plan táctico guerrillero consistente en distraer las fuerzas militares de Batista con un levantamiento de integrantes de las redes urbanas clandestinas del M-26-7 en Santiago de Cuba, para facilitar el desembarco de los expedicionarios, mientras algunos guías campesinos aguardarían a los recién llegados para conducirlos rumbo a las estribaciones de la Sierra Maestra.

Para entonces ya los mandos militares batistianos, con el general Pedro Rodríguez a la cabeza, habían hecho circular la descripción del barco, con instrucciones para su captura. Pero el Granma se acercaba a su destino y la impaciencia devoraba a sus ocupantes que no podían ni dormir; empezaban a agotarse las pocas reservas de agua y víveres y el combustible estaba por gastarse. Roque y Mejía, piloto y timonel respectivamente, se turnaban en la cabina del yate, oteando en la cerrazón de la noche los chispazos del faro de Cabo Cruz y terminan enfilando por el canal de Niqero.

Sobre el tema, el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque ha recordado en su libro Presidio, exilio y desembarco cómo Fidel el 1 de diciembre convocó en el centro del yate a los jóvenes José Smith y Raúl Castro, los designó capitanes y leyó los nombres de los hombres que conformarían las escuadras, el armamento que llevarían, y el orden de marcha de cada pelotón. Entonces, se repartieron los uniformes y los hombres se cambiaron de ropa; ya se estaba muy cerca de las costas cubanas.

Sin advertirlo y desorientados pasan el mencionado faro sin saber dónde se encuentran. Lógicamente, el sobrepeso, la caída de un vigía al agua y su rescate, la descompostura de un motor, una pequeña maniobra de achique debido a una entrada de agua y las pésimas condiciones atmosféricas imposibilitan que el Granma realice su derrotero en el tiempo previsto de cinco días; a una velocidad promedio de siete nudos llegan en siete días. Fidel ordena desembarcar en Los Cayuelos, a dos kilómetros de la playa Las Coloradas, pero el yate encalla en un banco de arena, a las 6:50 horas, del 2 de diciembre; se adelanta, entonces, la incursión.

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